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Historias Incompletas 2

Chupándome El Dedo
Yo era de aquellas niñas que visten como muñecas y salen de la mano de sus padres con sus lindas tiaras de fantasía, claro que era el experimento notable de mi madre cuando quería hacerme pasar como su maniquí personal.

Tenia 4 años cuando conocí a blanco…¿porque blanco? ….porque es así como quiero identificar a cada uno de los chicos con los que realmente grabaron una huella en mi. Un color… Como sea; Además de representar la pureza ya que apenas tenia 4 años…así es!!! empecé de joven a sufrir por amor.

Al describir a blanco puedo imaginar tal vez por alguna razón el comienzo neurótico por agradar a los hombres de alguna manera o tal vez el comienzo de mi molde, buscando a blanco en aquellos que me partieron el corazón.

Casi no recuerdo sus rasgos pero si recuerdo que tomaba mi mano antes de irme a casa, sentía la ternura de su manito suave al despedirme, lo miraba alejarse desde la ventana del carro. Mi madre siempre decía que no hay que fiarse de las buenas intenciones como algo del corazón sino como una amistad. Y eso era yo una amistad y…como siempre interpreto mal las buenas intenciones. Es típico! Blanco jamás pretendía enamorarse de mi solo era una linda amiga…Lastima pensaba yo….Seria una buena novia.

Tomando las señales equivocadas como señales reales, mala idea a veces la intuición femenina tiene fallas notables como en este caso…YO pensaba que debería dar la iniciativa pero me caí de bruces y todavía me duele. Cuando blanco esperaba a su mamá después del nido, yo niña independiente me escondía de la mía aquel momento estaba dispuesta a tomar la iniciativa no quería una simple agarrada de manos quería mas…quería un beso…Tome la mano de  blanco con fuerza y estire la carita con la puntita de los labios casi flotando, acercándome a la mejilla de blanco y zas!!!!! El me empujo con la fuerza de un toro…Caí violentamente al suelo pero no llore, lo mire con odio y le dije ya no quiero ser tu amiga. Y blanco me miro con la misma mirada y me dijo “yo tampoco”.  Y así fue…

Nota mental: Nunca hagas caso a tu sexto sentido porque puede ser el quinto. 

Sueños Infantiles

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